LA NATURALEZA DEL CINISMO



En las últimas obras me introduzco en el “realismo cínico”. Presento no la imagen del retratado -su imagen particular atendiendo a sus individualidades- sino aquella que conforman sus creencias, su imagen interna, su “mascara social” y su clase. Observo como dentro del cuadro las figuras se convierten en “modelos de rol”. Figuras a las que podemos reconocer pues nos hemos cruzado con ellas por la calle o hemos adquirido sus identidades y que, al mismo tiempo, no son mas que modelos estéticos contemporaneos y vacios. Parece que acercandome a estos modelos el sentido de los cuadros es mas globalizador y universal. Aquellos modelos que mas me atraen son los que parecen representar las clases mas frívolas y cínicas pues son las “mascaras sociales” que a menudo mas personalidad tienen. Observo como la representación de estas "clases" introduce en mis cuadros un aspecto muy sutil de crítica. Trato también de que no solo la imagen sea cínica sino también la propia pintura en sí -tanto la mirada del pintor como su mano-. Parto de un ambiente pictórico concebido desde la corrección e introduzco la “incorrección” como elemento cínico estilo “comedian painter” cercano a pintores como Kim Dorland o Daniel Richter; churretes, empastes absurdos, colores fluorescentes, spray, etc.

Me obsesiona la capacidad que tenemos los seres humanos de modificar nuestra comunicación -en este caso no verbal-. Ser capaces de mentir y seducir sin soltar una sola palabra. Pinto mujeres pues me doy cuenta de que sobre todo ellas dominan de forma mucho mas expresiva este particular arte. Aunque la razón última de por qué solo pinto chicas todavía la desconozco. Como en la obra "amante virtual". Lo que representa la figura es comunicación pura y no existe mas allá de ella. Quizás por eso, por su artificialidad, nos hace buscar aquellos elementos que la hacen mas carnal; la pintura y la materia que tanto asociamos con la carne. La obra representa una realidad puramente cínica. En ella hablo de como las nuevas tecnologías han modificado nuestras relaciones interpersonales y sexuales creando nuevos “seres” para satisfacer las necesidades mas primarias -como si mientras mas sofisticados nos volvemos mas nos preocupásemos solo de lo mas básico (sexo, dinero, poder y muerte)-. Pero mas allá de la crítica, engarzo con la tradición artística en tanto en cuanto creo un ser que no existe mas allá de la pura imagen -como todos los seres que aparecen en la pintura de todos los tiempos-. Alguien mas allá de la vida y la muerte. Sexual al tiempo que espiritual y sagrado.

Después de mucho tiempo peleándome con la pintura he aprendido que en vez de pelearme con ella se trata mas bien de ser su amigo. En realidad pelearse con el cuadro -como hacía Cezanne, por ejemplo- no es otra cosa que pelearte contigo mismo, con tus imágenes internas, con tus contradicciones y conflictos.
Creo que antes de ponerte a hacer cualquier actividad artística es mejor hacer las paces con uno mismo y sentirte bien. En realidad no creo que “el conflicto”, aunque sea un tópico decirlo, sea algo malo para el arte, al contrario. El problema es que la práctica del arte te hace ponerte constantemente en un estado muy vulnerable. Ponemos toda la carne en el asador y este estado tan particular hace que todo conflicto se amplifique. Por eso creo que es muy importante penetrar en la práctica artística sintiéndote en paz si no quieres destruirte a ti mismo.
Para hacer arte primero uno ha de conocerse a si mismo. El arte es paralelo a la vida, compite con ella pero con otras reglas. Pintar es un modo de romper limitaciones Es un ejercicio de transgresión y cambio personal. Todas as limitaciones son mentales por eso el artista ha de saber identificar sus creencias limitadoras y conocer el modo para romperlas y disfrutar de mas opciones. En eso consiste liberar la creatividad.

Nos veremos pronto
Alejandro Díez Carpintero

No hay comentarios: